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Las compañías de seguro ya no podrán ofrecer servicio de grúa y auxilio mecánico

La Superintendencia de Seguros de la Nación publicó este viernes en el Boletín Oficial una resolución que modifica el servicio de remolque que tenían las compañías aseguradoras en todo el ámbito de la República Argentina , y por la cual, desde ahora los seguros ya no podrán incluir en sus pólizas el servicio de remolque y auxilio mecánico a los usuarios. Así, lo que se ha determinado es que únicamente en caso de siniestro por daño, incendio, robo o hurto, los gastos de traslado y estadía serán cubiertos por el asegurador . En cambio, ya no tendrá vigencia la cobertura que existía hasta ahora sobre “traslado, remolque, asistencia y/o estadía del vehículo asegurado, generados por desperfectos o problemas mecánicos, de batería, de arranque, eléctricos, pinchaduras, cortaduras y/o reventones de las cámaras o cubiertas, falta de combustible y/o cualquier otro que no tenga vinculación con un accidente, incendio, robo y/o hurto”, expresa el texto oficial. La Resolución SSN 217/2024 que modi

Cruje la cadena de pagos

Todos los movimientos que alteraron la paz económica y financiera de los últimos meses reflejan algunos datos reveladores de esta situación, en una Argentina donde la recesión se consolida diariamente y sus efectos tienen cada vez mayor alcance. En ese contexto, desde el último trimestre del año pasado comenzó a observarse una alteración evidente en la cadena de pagos. Como si fuese una marea descontrolada, se extendió a todos los sectores y hoy parece ser una cuestión difícil de resolver.

Por eso, no llama la atención que una tasa del 74% genere tensiones en el mercado. Tampoco llama la atención que en el acumulado de 2018 (el corte se hizo a fines de agosto) los montos de cheques rechazados presentaron un alza de 153% con respecto al año anterior, al tiempo que los cheques compensados crecieron 25%, según el análisis de la Fundación Mediterránea.

Para ser más claros: el acumulado enero-agosto destaca que los montos de cheques rechazados representaron 4,9% del total compensado, un valor máximo para la serie desde el 2000 y más del doble del 2,4% verificado en idéntico lapso de 2017. Si se toman los montos rechazados y finalmente no cobrados, el cociente es sustancialmente inferior.

Por lo tanto, medido en porcentaje, al pasar del 1,3 al 1,8%, el crecimiento es de casi el 40% anual entre los cheques rebotados por no tener fondos. Tomando los datos mensuales, el pico del deterioro en la cadena de pagos se observó en abril-junio, pasando a mostrar cierta mejoría en julio-agosto. De esta manera, en lo que va del año se produce un problemático fenómeno: al mismo tiempo que se acelera el rechazo de cheques se desaceleran los montos compensados. “Mientras se incrementa la recesión, crece la informalidad”, explicaron al respecto desde la FM.

Este complejo panorama se hace menos traumático si se toman los datos mensuales. Esto es, gran parte del incremento interanual verificado en el acumulado enero-agosto obedece a los resultados de abril y junio, momentos signados por la convulsión financiera y cambiaria local.

Datos del Banco Central a julio pasado indican que el monto total de cheques rechazados por falta de fondos alcanzó a cerca de 600 millones, equivalente al 1,2% de la cantidad de documentos que pasaron por la cámara compensadora. En julio de 2017, los cheques sin fondos habían representado 0,8% del total, lo cual indica que el nivel de incumplimiento trepó 50% en un año. La cifra sobre el total del sistema, no obstante, sigue siendo relativamente baja. Durante ese mismo período de comparación, el monto de dinero que pasó por clearing subió 28%, algo menos que la inflación. Por esa razón, los funcionarios del Gobierno admitieron en el último mes en diferentes ocasiones que la cadena de pagos de las pymes “está muy estresada”, aunque sostienen que no está cortada.

Varios especialistas sostienen que al mismo tiempo que sufren el costo financiero, las empresas lidian con los tiempos de la cadena de pago, que ya están completamente distorsionados. “Típicamente la cadena de pagos estaba entre 30-60 días y ahora pasó a 90-120 días. Se han alargado mucho los plazos de pagos”, sostiene Pedro Cascales, de Came, quien agregó que “grandes empresas y el Estado directamente no dan cheques y ni siquiera se puede descontar en los bancos”.

Todo esto viene generando un importante estiramiento de la cadena de pagos, ya que el que vende y no cobra en tiempo y forma, no puede reponer y abonar en iguales condiciones. Otro factor a tener en cuenta es la tasa de descubierto. El costo promedio de un adelanto por cuenta corriente que en marzo estaba en el orden del 27 % anual ya subió del 69 % al 78 % en la última semana. Como se observa, un espeso caldo difícil de digerir.


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Autor: José E. Bordón / El Litoral

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